Las imágenes, las palabras, los mensajes que recibió avivaron su fuego.
No
pudo resistirse y eligió el juguete que el le regaló, se desnudó, se
acomodó, y recordó vivencias y fantasías que compartían juntos.
Y
con mano experta ese fuego no solo no se apagó, si no que estalló en
orgasmos deliciosos que luego ella le describió a el con lujurioso
detalle.
Explosiones de placer que mantuvieron viva la llama de la pasión entre ellos.
Ellos que se aman y se desean, tanto en la distancia como juntos entre las mismas sábanas.
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