Sentí tu mano en mi piel desnuda bajo las sábanas, deslizándose por mi vientre, por mis muslos, buscando finalmente mi verga.
Jugaste a despertarla, mientras tus labios recorrían mi cuello y mis hombros.
Te situaste entre mis piernas, acariciando mis huevos, mientras comenzabas a lamer mi capullo henchido.

Devoraste mi polla, me comiste despacio, buscando satisfacer mi deseo de placer.
Te colocaste sobre mi, y entonces fue tu vagina la que me devoró despacio, sintiéndome dentro de ti centímetro a centímetro, gozándome poco a poco.
Te moviste a tu placer, disfrutándome, llevándome hasta mis límites, parándote, galopándome de nuevo...
... y así, poco después del amanecer, celebramos el año nuevo.
