martes, septiembre 08, 2020

Perversiones - III

De mi cuaderno de perversiones...

Quizás me repita, pero no dejan de excitarme los recuerdos y la idea de sentir como un dedo juega en mi ano lubricado, lo penetra y se mueve buscando arrancarme esas sensaciones que hacen que mi orgasmo pase a ser brutal...

Quizás llevo unos días un poco "anal", pero es delicioso e intenso, y lo echo de menos.

 

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lunes, septiembre 07, 2020

Perversiones - II

 De mi cuaderno de perversiones...

Hay momentos de besos y caricias lentas, de masturbarnos lentamente y sentir como nuestros cuerpos se excitan y humedecen, de buscar y explorar sensaciones, de guiar la mano del otro y aprender, o directamente acariciarte para ella, exhibirte, por puro morbo, porque sabes que a ella le va a encantar, y porque es la mejor manera de que aprenda lo que te gusta...

Lentamente, sin prisa, gozando del placer de compartir placer y de estar juntos...

domingo, septiembre 06, 2020

Perversiones - I

De mi cuaderno de perversiones...

Me encanta cuando sabe que no solo es mi polla, que mis testículos, mi perineo y mi ano se vuelven locos con la sensación de su lengua moviéndose juguetona.

Confieso que la primera vez que sentí una lengua en la delicada piel de mi ano descubrí dos cosas: las sensaciones que me arrancaba y que podía correrme sin tocarme el glande. Sí, estaba tremendamente excitado, pero no sabía que se podía desencadenar un orgasmo estimulando otras zonas. Aunque la verdad, nunca me ha vuelto a pasar como aquel día, ¿quizás no lo he intentado lo suficiente?


 


Nueva presencación

 

Creo que soy un hombre normal, incluso dulce y romántico, pero también considero que el sexo es el momento de dejarse llevar, dejarse hacer, descubrir tus pequeñas perversiones, disfrutar de la humedad, de los sonidos, del olor, de cada sensación, de sacar nuestro diablo y disfrutar de lo que parece prohibido pero está para gozarlo, para beber besos y semen, morder piel y sexo, penetrar lo deseado, para dar y recibir, para compartir lo más íntimo de ti y luego vestirte de lo más formal al día siguiente pero con el cuerpo y mente abiertos en todos los sentidos... abiertos, o dilatados, para seguir disfrutando del placer de abandonarse al placer.

 


viernes, julio 24, 2020

A, B, C (III)

Un café con A

“He quedado con A en su casa para tomar un café, ¿te vienes?”

No lo dudo un segundo.  Termino cuatro asuntos en la oficina y salgo hacia la dirección que me acabas de enviar en un mensaje.

Llamo a la puerta y me abre A, me da dos besos, me toma de la mano y me lleva hacia el salón.  Tu te levantas del sofá, y mientras nuestra amiga trae las cosas de la cocina, tu me das un beso, uno de esos largos y húmedos que me encantan y me excitan.  Al separarte me susurras “tenía ganas de verte”.  

A se sienta en el sofá, tu te acomodas junto a ella y yo en un sillón frente a vosotras. Las dos estáis preciosas: tu llevas una falda larga y una blusa clara, y A un vestido corto, de esos cómodos para ir por casa.

Preparamos el café, y comenzamos a charlar de asuntos banales:  trabajo, el día a día, la casa… pero tras unos minutos, y después de aquella tarde de compras, la conversación viró a lo vivido aquel día.

Mantenemos la compostura, pero a los tres nos excitan la conversación y los recuerdos:  reconozco tu mirada excitada,  A ser revuelve nerviosa en el sofá y a mi pronto me va a resultar complicado disimular el bulto en mi pantalón.

– “Fue delicioso” os comento.

– “¡sí! ¡Mucho!”, me contestas, “pero ¿qué es lo que más te gustó?”.

Me planteo contestar a la gallega con un “¿y a vosotras?”, pero me quedo pensando unos instantes antes de contestar.  Las dos me miráis curiosas, tu mordiéndote un labio, te incorporas un poco y te acercas a A mientras esperáis mi respuesta.

– “Me gustó cada minuto, pero me pareció muy morboso veos interaccionar a vosotras dos”.

Os miráis y os echáis a reír, A se acerca a ti y pasa un brazo sobre tus hombros mientras me dice:

– “Así que te gustó ver a tu chica con otra mujer, ¿no?”

Asiento con la cabeza mientras contesto:

– “¿como no me iba a gustar ver a dos bellezas como vosotras juntas?  Es un verdadero regalo poder disfrutar de semejante visión”.

– “Pues si ella quiere…” contesta A traviesa posando la otra mano en tu rodilla.

Tu y yo nos miramos. Pareces un poco sorprendida pero excitada. Sin dejar de observarte, contesto:

– “Si tu quieres, me encantaría”.

Tu ríes nerviosa, y me contestas:

– “Uffff… pero, ¿nos ayudarás un poco?  Quiero saber qué deseas que hagamos”.

– “De momento yo me quedo observando, pero ya tardas en besar a A… el resto ya irá surgiendo”

Te giras hacia A, que te mira expectante y aprovecha la mano que tiene sobre tu hombro para acercarte a ella.  Sin titubear, te besa; respondes abriendo tus labios y acogiendo el roce de su lengua en ellos. Os abandonáis a un beso largo, mientras vuestras manos comienzan a explorar: la tuya se acerca a su vientre y asciende hacia los pechos, tímidamente, acariciándolos por encima de la tela del vestido, mientras la de ella, busca el contacto con la piel de tu pierna y comienza a recorrer tu muslo, exponiéndolo  poco a poco.

Permanezco quieto, mirando.  Es deliciosamente excitante observar vuestros movimientos. Vuestras caricias van tomando un cariz cada vez más excitante, buscando el contacto con la piel bajo la falda, bajo su vestido…

– “Podríais ir quitando obstáculos” os sugiero.

Te giras hacia mi con mirada pícara y me contestas algo que me excita aún más:

– “Sabes que te deseo y no te vas a librar, al menos de mi, cuando termine con A”.

Sé que te excita tremendamente el que te esté mirando.  Disfrutas de A para ti y para mi, dejándote llevar por una situación que es muy excitante para los dos… para los tres.

Te incorporas y te quitas la falda bajo nuestra atenta mirada.  No pierdes mucho tiempo:  dejas caer tu braguita, desabrochas tu blusa y tu sostén, y te quedas completamente desnuda para nosotros. A parece ansiosa por seguir besándote: te sujeta para que te sientes en el sofá, besa tus labios de nuevo y comienza a recorrer tu cuello con los suyos, bajando en búsqueda de tus pechos.  Por un momento siento envidia cuando sujeta tus pezones entre sus dientes y juega con ellos con su lengua mientras con su mano busca el calor de tus muslos y la humedad que se adivina en tu entrepierna.

Ahora es ella la que se levanta, se quita el vestido y queda desnuda ante ti. Mientras, recostada en el sofá, acaricias con una mano tus pechos y con la otra juegas con la humedad de tu sexo. Con A ya desnuda, tomas su mano y la diriges para que se siente a horcajadas sobre ti.  Ahora eres tu la que tiene sus pechos a la altura de los labios y dedicas un buen rato a lamerlos, besarlos, morderlos. Ella responde echando la cabeza hacia atrás y acelerando la respiración mientras sujeta los tuyos en sus manos, pellizcándolos suavemente.  Tus manos recorren sus nalgas, las separan, y recorres descarada el surco entre ellas buscando desde atrás pliegues con los que ir jugando.

Mi excitación acompaña a la vuestra.  Me está empezando a resultar molesta la opresión de mi polla dentro del pantalón, y poco a poco, sin apartar ni un segundo la mirada de vosotras, voy quitándome ropa mientras vosotras seguís absortas en vuestros juegos, cada vez más entregadas a vuestro placer.

Me vuelvo a acomodar en el sofá, ya desnudo.  Mi verga está dura, y cuando mi mano comienza a acariciarla, A se levanta, te coge las piernas y te tumba en el sofá para acomodarse entre ellas.  Acaricia tus muslos. Tú la miras pícara y lames tus dedos húmedos y llenos de sabor a su sexo, momento en el que ella se lanza a tu clítoris, excitada y sedienta de ti.

Mi glande húmedo tiembla bajo la caricia de mi mano a la par que tus sexo abierto acoge las caricias de la lengua de A.  La observo subir, bajar, explorar, allí hundida mientras sus manos no dejan de acariciar tu vientre y tus pechos, y tu cara y jadeos delatan lo delicioso de las sensaciones que te transmite.

Entre gemidos intuímos tu primer orgasmo, pero ella sigue allí, sin dejar de lamerte.  Los dos sabemos que puedes y deseas más, mucho más.  Coges la mano de A que está en tus pezones, te incorporas un poco y comienzas a lamer sus dedos.  Los lames, los introduces en tu boca, los chupas.  Quieres algo más, y cuando la sueltas, A sabe qué tiene que hacer: esa mano va directa hacia tu vagina, y los dedos húmedos comienzan a explorar su interior, acompasando los movimientos con los de su boca.

Me incorporo un momento entre dos orgasmos tuyos, y me acerco a besarte, lo necesito.  Intentas tocarme pero no te dejo. Sólo quiero que disfrutes.  Agachado junto al sofá, besándote, A acelera los movimientos de sus dedos y lengua, te siento comenzar a temblar y explotast en uno de esos orgasmos largos e intensos que te dejan por unos instantes agotada.

Nos quedamos los dos mirándote, nos sonríes, me miras y te digo:

– “A creo que se merece lo mejor de ti”.

Vuelvo a sentarme en el sofá, con un ademán me señalas tu bolso casi a la vez que te incorporas y te lanzas a besarla.  Lames su cara llena de tu humedad, y ahora, la tumbas y le devuelves las atenciones que ella te dió.  Estás ya entre las piernas de A, la devoras y saboreas una excitación intensa que hace que inmediatamente comience a jadear. Sigo masturbándome despacio, saboreando mi placer y el vuestro, si quitar ojo de la deliciosa escena.

A no tarda en correrse, asciendes besando su vientre, juegas con sus pezones en tu boca, os besáis, y vas deshaciendo el camino de nuevo hacia su sexo, donde vuelves a desencadenar jadeos y movimientos de placer en ella.

Recuerdo tu bolso y me acerco a el, lo abro y, tal como me suponía, allí tienes alguno de tus juguetes.  Rebusco un poco y encuentro tu plug.  Al verte así agachada entre las piernas de A, el culete en pompa, no lo dudo. Tomo un poco de lubricante y me coloco detrás tuyo.  Comienzo a recorrer con mi lengua el surco entre tus nalgas, y paro en tu delicioso ano unos instantes.  Luego aplico un poco de lubricante en la entrada y con un dedo compruebo que estás dispuesta a aceptar la entrada de algo mayor, así que lubrico un  poco más el plug y lo introduzco despacio, poco a poco, hasta que queda perfectamente encajado en ti.

Vuelvo a retirarme, empalmado.  Te noto más agitada:  te ha excitado más mi incursión.  Pero voy de nuevo al bolso y saco tu arnés doble, pero me espero al incipiente orgasmo de A, no quiero interrumpir nada ahora.

Vuelvo al sofá, me siento con el arnés en una mano, mientras con la otra vuelvo a acariciar mi capullo, cada vez más tenso y húmedo.  En ese momento A estalla en otro orgasmo, de esos intensos y deliciosos que la dejan tumbada jadeando, sudorosa, plena.

Vuelves a ascender, y la besas.  Os giráis hacia mi.  Os observo sin dejar de acariciarme, masturbándome despacio, y estiro la mano con el arnés y os sugiero:

-”¿Jugáis un poquito más?”

A se levanta como puede, da un brinco y toma el arnés de mi mano, te mira pícara y te pregunta:

-”¿puedo?”

Asientes con la cabeza, riendo, y A comienza a ajustarse el arnés: una pierna, otra, y la parte que encaja en su vagina comienza a introducirsela despacio, mirándonos con cara viciosilla, y jugando un poco a introducirlo y sacarlo, follándose para nosotros que miramos embobados.

-”¿Como quieres que la folle?” me pregunta A

-”Túmbate, quiero verla a ella encima moverse sobre ti”

A se tumba, y tu, encima de ella, comienzas a penetrarte conlala reluciente polla de plástico que sobresale de ella.  Poco a poco te llenas, y comenzáis a moveos, despacio primero, pero conforme os invaden las sensaciones, la velocidad va en aumento.  

A mueve sus caderas y tu cabalgas cada vez más enloquecida por la situación y el placer.  Yo no puedo dejar de mirar y de masturbarme mientras os siento jadear, gemir.  Tus dedos buscan tu clítoris y te estimulas mientras que la presión del juguete en el de A hace que los gemidos se vayan transformando en gritos cada vez menos disimulados.

Observo, me acaricio, y me da la sensación de que se os suceden los orgasmos a una y a otra, mientras vuestros cuerpos sudorosos tiemblan de placer y morbo, hasta que vuestros gemidos delatan un orgasmo final que os deja agotadas, vuestros cuerpos todavía fusionados por el arnés, convulsionando levemente de placer.

En otras circunstancias, haría rato que me habría corrido, pero quería ver toda la escena antes de dejarme llevar.  Cuando os volvéis a mirarme, recostado en mi sillón, acelero ligeramente el movimiento de mi mano, aumento un poco la presión en mi resbaladizo glande, y exploto en un orgasmo que llena mi vientre de semen y mi cuerpo de placer.

Os levantáis, y os acercáis a lamer mi piel.  Con la boca llena de sabor al sexo de A y a mi semen, me besas. Luego me besa A mientras nos levantamos y esta vez nos recostamos los 3 en el sofá.

-”¿os ha gustado?” les pregunto.

-”Sí, pero aún queda tarde…. y no vas a quedarte todo el rato mirando” me contesta A. 

Y mientras ella se va a preparar algo de comer, tu y yo nos quedamos descansando abrazados en el sofá.



jueves, julio 23, 2020

A, B, C (II)

No era un sueño

Cierro y abro los ojos y afortunadamente no estoy soñando: tu mano acariciándome, el sabor de vuestros besos en mis labios y la visión de vosotras dos me dice que es todo muy real…

Intentando no interrumpir para seguir disfrutando de las vistas que me regaláis, me despojo como puedo de mi ropa. Tú, ya desnuda, vas subiendo el vestido de A hasta quitárselo por la cabeza, tus manos buscan el cierre de su sostén, y cuando consigues deshacerte de el, mientras tus labios se acercan a sus pezones, tus dedos comienzan a rozar su sexo por encima de la braguita, pero por poco tiempo, porque es ella la que se despoja de la misma para dejártelo totalmente accesible a tus caricias.

No estamos fantaseando como otras tantas veces.  Ahora nos dejamos llevar por nuestros deseos, libremente, juntos, disfrutando de una situación que los dos deseábamos desde hace tiempo.

Yo decido mantenerme unos instantes al margen: prefiero ser espectador por un rato más.  Las dos estáis frente a mi, desnudas, os besáis, os acariciáis, jugáis con vuestros pechos, y veo tu mano perderse en la entrepierna de A, mientras ella agarra tus nalgas para pegarse más a ti… 

Espectador, pero excitado, totalmente erecto, mi mano acaricia mi pene totalmente erecto, absorto, hasta que os volvéis las dos a mi, y con una mirada deliciosa y pícara, acercáis vuestras bocas hacia mi glande brillante y húmedo.

Es complicado describir todo lo que estamos viviendo, todas las sensaciones, todas las situaciones.

Siento vuestras bocas recorriéndome, tus manos agarrando mis testículos antes de dedicarte a ellos con tu lengua, momento en que me tumbas en la cama, y dejas que A siga devorándome. Te retiras un poco, te acercas a mi oído y me susurras: “me encanta verte gozar”. En ese momento me abandono totalmente al placer, y tú, sabiendo lo que me gusta, vuelves a mi entrepierna y comienzas a recorrer mi perineo con tu lengua, buscando descarada mi ano, dispuesta a explorar toda fuente de placer.

Te dejo hacer mientras sus dedos juegan en el sexo de A y se hunden en su vagina. Ella jadea con tus caricias, te incorporas, y le susurras algo al oído. Las dos me miráis, sonreís, y entonces A se coloca a horcajadas sobre mí, tú agarras mi verga y la diriges hacia su entrada.

Ella, poco a poco, empieza a clavársela y a moverse sobre mí, mientras tú desde atrás besas su cuello y estimulas su clítoris con una de tus manos.

Me miras a los ojos, y por tu mirada sé que la situación te parece muy excitante.  Nos dices “me encanta veos follar”, y te retiras un poco, tomando perspectiva, y comienzas a masturbarte justo cuando A me voltea y quedo sobre ella, penetrándola, entrando y saliendo, viendo asentimiento en tu mirada, con cada uno de mis movimientos. 






¿Te imaginas como me siento contigo, mi Reina, excitada perdida, mientras tu amiga se retuerce con mi polla clavada en ella?.  Son de esas imágenes que no olvidaré en la vida, así como los orgasmos que os invaden primero a ti, luego a A, que os dejan casi temblando.

Temblando pero se que tienes ganas de un más…

Te tumbas en la cama, y sé lo que deseas; A se tumba junto a ti, te besa, juega con tus pezones, mientras yo, hambriento de ti, me coloco entre tus piernas.  Asciendo despacio, como te gusta.  Juego con los dedos de tus pies en mi boca, y asciendo besando cada centímetro de tus piernas y muslos hasta llegar a tu sexo, a tus deliciosos labios húmedos y excitados.  Los contemplo, los aspiro, y los devoro con el hambre de una excitación casi desconocida.  Lamo, como, succiono cada pliegue, juego con mi dedo en la entrada de tu ano, húmedo con tus fluidos, lo exploro, lo penetro. Tu te dejas llevar por mi lengua y las atenciones de A, hasta que dos de mis dedos deciden entrar en tu vagina, y buscar ese punto, esa mezcla de estimulación que te llevan a ese éxtasis que te hacen temblar como una posesa por el placer y la pasión.

Y esta vez, tiemblas como nunca: A y yo, entre los dos, te arrancamos un orgasmo que te deja exhausta, jadeando, riendo, lacrimando, mojada.

Te recuperas, abrazada a A, y te colocas entre sus piernas.  Verte allí, tu, lamiéndola ahora, estimulándola, disfrutando de su clítoris entre tus labios, aumenta aún más mi excitación. Me sitúo junto a la cabeza de ella, y os observo… mi mano acaricia mi glande excitado y hambriento de un orgasmo que desea, que necesita. Tú me miras, te gusta verme acariciarme.  A está jadeando, gimiendo, casi se retuerce.  Alcanzo y acaricio sus pechos, y sigo con el movimiento de mi otra mano en mi capullo… necesito correrme, así que aplico la intensidad y el ritmo que sé que me me llevan al orgasmo definitivo… me miras, te miro, y en ese momento me derramo entre espasmos y gemidos sobre los pechos de A.

Tus ojos brillan pícaros y sé qué es lo que quieres que haga.  Tu no has dejado de lamer el sexo de A ni un segundo, y ella está a punto.  Me agacho, y comienzo a lamer sus pezones. Uno, el otro, alcanzo los restos de mi semen, como sé que te gusta, lamiendo la suave piel de sus pechos, e incorporándome, me acerco a besarla… y en ese momento, sin separar sus labios de los míos, estalla en jadeos y gritos apagados por mis labios.

Te incorporas, me besas, le besas, me abrazas y me susurras, “¿te gustan nuestras compras?”.

miércoles, julio 22, 2020

A, B, C (I)

Recibo un WhtasApp a la salida del trabajo:

“He quedado con A y nos hemos ido a hacer unas compras, ¿vienes a casa a ver como nos sientan?”.

No dudo un instante. Te respondo que sí y salgo volando hacia tu casa.  Por el camino pienso que preferiría verte a solas, pero mejor así que nada.

Me recibís tú y A.  A ella no la conocía, aunque me habías hablado muchas veces de ella.  Le doy dos besos y a ti uno largo en los labios.  Me retiras por deferencia hacia A, y de la mano me llevas al salón, donde espero a que vengáis con los diferentes modelos puestos.

Venís con un pantalón ajustado y una camisola escotada cada una, que os quedan genial.

“Estáis espectaculares las dos”

“Espera a ver los vestidos”

Desaparecéis unos minutos y reaparecéis con unos vestidos cortos y ajustados que me cortan la respiración.

“Estáis para comeos…”

Os reís y preguntas…

“No lo dirás en serio. Mira que nos dejamos…”

“No me tientes, que con esos vestidos me habéis puesto a mil”.

Os echáis a reír, os miráis pícaras y me dices que aún queda algo más.

Os retiráis, no dejáis de reír entre vosotras, y reaparecéis de nuevo a los dos minutos, esta vez sorprendiéndome del todo.


A te trae de la mano, tu desnuda, y esta vez me dice:

“Venga, ¿no tenias hambre?, come”.

Te acerca, y te sientas a horcajadas sobre mi.  Me besas y respondo a tu beso.  Mis manos recorren tu espalda, y agarran tus glúteos.  Nos estamos besando como si estuviésemos solos, casi olvidando que A nos observa. Yo no puedo dejar de acariciarte, de recorrer con mis dedos el surco de tus glúteos, separarlos y buscar tu incipiente humedad.

Me separo de tus labios y bajo a tus pechos… necesito tenerlos entre mis labios, los succiono, juego con tus pezones en mi boca, con mi lengua. Tu echas la cabeza hacia atrás, y entonces veo a tu amiga.  Se muerde un labio, se acerca a ti, y comienza a besarte. Yo creo morirme de gusto con la visión que me regaláis.  A acerca una mano a tus pechos y compite un poco con mis labios, mientras me dejáis ver como vuestras bocas se funden y tu comienzas a frotarte con fuerza con el descarado bulto de mi pantalón.

Vuelves a mi, mientras A no deja tus pezones tranquilos.

“¿Quieres más?”

A se acerca y me besa.  Tu te retiras y desabrochas mis pantalones, liberas mi miembro duro y excitado como nunca.  Siento tu deliciosa lengua recorrer toda su longitud, desde los testículos a mi glande, de esa forma que sabes que me encanta y me vuelve loco.

Te dedicas a mi un rato, pero casi coordinadas, A deja de besarme y tu comienzas a masajear mi verga con la mano mientras comenzáis a besaos de nuevo vosotras vosotras.

Y entonces, por un momento, temo estar sólo soñando…

Y quizás, si no es un sueño, podré continuar contando lo que pase esta deliciosa tarde…



martes, julio 21, 2020

Ambos

Ella desea y sabe de antemano que esta noche van a recrear esta escena

El sueña con ese momento en que ella casi ronronea y le mira con sus ojos pícaros mientras levanta las nalgas y se expone como diciendo "tuyo, haz lo que quieras".

Ella sabe que el separará sus glúteos y recorrerá con su lengua cada milímetro entre su espalda y su vagina, que parará en su ano, y que lo lamerá, lo explorará y lo disfrutará a su antojo.

El sentirá la excitación en ella, y probará con un dedo en ese orificio deseado, lubricado y sensible a cada roce antes de penetrarlo con esa joya que los dos adoran utilizar.

Ambos, excitados, sin tapujos, sin límites al placer.

domingo, abril 05, 2020

Confesiones

Confesiones desde el encierro... 

Tuve uno y ahora lo echo de menos... sólo o en compañía proporciona momentos deliciosos... 

Quizás sea el momento de comprarme algo... 


sábado, marzo 28, 2020

Espejo

Deseo ser el espejo que te observa…

Pero no seré un espejo inerte y frío…

Seré tu reflejo vivo y caliente, tu reflejo masculino, excitado, lleno de deseo…


viernes, marzo 27, 2020

Confinamiento (II)

Acabo de leer que en estos momentos, lo más prudente es no mantener relaciones sexuales y explorar alternativas como autocomplacerse (sic), sexting y videollamadas, es decir, masturbarnos solos o en cibercompañía.

Lo de masturbarme lo intento llevar al día, lo confieso. Lo de tener cibercitas estaría divertido. 

Igual que el teletrabajo puede ganarse terreno en el mundo laboral, espero que la piel, el olor, el sabor, los jadeos en el cuello, los orgasmos provocados por otros dedos, vuelvan pronto a nuestras vidas.

Sueño

Recupero este post de hace unos años... yo, anoche mismo.

Sueño que te tengo aquí conmigo, en este hotel, tumbada detrás de mi en la enorme cama, desnuda, mirándome, sonriéndome, esperándome.

Sueño con tu boca recibiendo a la mia, tu lengua, tu piel, tus muslos, tus pechos, tus nalgas.

Sueño con tus pezones entre mis dientes, mis manos en tu culo, tu piel excitada, las caricias desordenadas.



Sueño con mi lengua en tu sexo, tu sabor, tus jadeos.

Sueño con mi erección, mi polla en tus manos, mi glande en tu boca.

Sueño con tu cuerpo aprisionado bajo el mio, con tu vagina devorando mi verga, con nuestro baile entre jadeos.
Sueño con poseerte, penetrarte, follarte y llenarte.

Hoy tengo mucho sueño... pero no se si podré dormir.

Despiértame

Despiértame con tus caricias, con tu roce...



Despíertame con tus lamidos.





Despíertame con tu boca...






Despiértame y te prometo la mejor de las mañanas...

jueves, marzo 26, 2020

Fin de año

Hoy quiero cerrar las puertas, las ventanas, anular los teléfonos y estar sólo contigo. Hoy no quiero que nada ni nadie interrumpa nuestro encuentro. Hoy quiero que las horas sean nuestra única compañía.

Hoy quiero desnudarte despacio. Quiero disfrutar haciéndolo, y luego acompañarte a un enorme y delicioso baño de espuma. Me desnudaré, descorcharé una botella de cava, y brindaremos dentro del agua por la despedida del año.
Hoy quiero acariciarte bajo el agua tibia. Quiero que te recuestes sobre mi, y me dejes jugar con mis dedos entre tu cabello, por tus brazos, por tu cara, por tu vientre, por tus pechos, por tus muslos.
Hoy quiero que dejes hacer a mis dedos bajo el agua. Quiero que te abandones cuando por fin alcancen tu sexo y comiencen a rozarlo tímidamente. Quiero sentir tu respiración acelerarse cuando mi otra mano pellizque tus pezones, y quiero sentir un gemido cuando encuentre tu clítoris expectante.
Hoy quiero que te corras mil veces, y que la primera sea así.
Luego quiero salir, secarte, tumbarte y volver a tu sexo, esta vez con mi boca. Quiero que esta vez sean tus dedos los que se enreden en mi cabello, los que sujeten mi cabeza, los que me animen a seguir proporcionándote placer. Quiero lamerte hasta sentir de nuevo tu orgasmo, tus gemidos, tus espasmos.
También quiero darte la vuelta, abrir tus nalgas y lamer entre ellas. Quiero buscar tu culo con mi lengua, lamerlo humederlo, excitarlo mientras de nuevo mis dedos buscan tu sexo. Luego quiero que te incorpores un poco, así, a cuatro patas, de nuevo lamerte, acariciarte, buscar tus tetas, y finalmente follarte.
Quiero correrme contigo, follándote, para luego seguir follando, seguir lamiendo, ser lamido.
Quiero que adores con tu boca mi polla, quiero que estrujes mis huevos, que te los comas, que folles mi culo con tus dedos, que succiones hasta la última gota de mi semen.
Quiero pedirte y que me pidas más. Quiero que me provoques, que te masturbes para mi, que te abras el sexo y me desafíes con tu dedo a seguir follando, a seguir gozando. Quiero agarrar mi polla y provocarte acariciándola, mirarte encendido de deseo, de placer. Quiero que te metas un dedo, dos, que me ofrezcas tu culo, follártelo, derramarme mil veces en ti, en todo tu cuerpo, acabar agotado.
Quiero acabar bien el año, y me gustaría acabarlo así.

Hoy

Hoy no será tu roce, tu calor, tu lengua, tus manos o tu vagina.

Hoy serán mis manos las que recordándote, arrancarán el placer que anhelo y deseo.

Hoy será mi imaginación la que las mueva despacio, la que las guíe en su deliciosa caricia, la que las dirija en su suave recorrido alrededor de mi capullo ansioso y tenso.

Hoy estaré yo sólo, dándome el placer que deseo de ti, imaginándolo y recreándolo.

Pero como siempre, y aunque sea a través de estas letras, hoy quiero compartir este placer contigo.

- "¿Donde estás?"


- "En el paraiso".

Poseída

Me encantas desbocada, casi poseída por el demonio del sexo, borracha de deseo, hambrienta de mi.


Se que me pedirás todo, y que me lo darás todo. Que me sorberás los besos, que atraparás mis caricias con tu piel, que vaciarás la humedad de tu sexo en mi boca mientras dejas que tu cuerpo se abandona a la voluntad de mi lengua.


Me sorprenderás con tus ronroneos de gata en celo mientras te sitúas entre mis piernas y tus labios rozan cada centímetro de piel que son capaces de alcanzar.


Me poseerás toda la noche, hasta agotarme, hasta agotarte.


Hoy tu estás poseída de sexo, de deseo, y yo también. Somos la medicina del otro, pero no acabarás con mis ganas de ti, de explorarte y de gozarte día a día.

Te debo tres besos...

El primero, sin mediar palabra, en tu boca.
Largo, apasionado,cálido, intenso,
en el que nuestros
labios oculten el delicioso
y excitante juego de nuestras lenguas.
 El segundo, o segundos, porque serán
mil besos que recorrerán
tu cuerpo, arrancando de tu boca y
cubriendo cada centímetro de
tu piel. Sentirás mi boca, mi lengua
y mis labios en el cuello,
por los hombros, por tus brazos,
por las muñecas y las palmas de
las manos, por las axilas, tus costados,
tus pechos y tus pezones,
tus pezones, tus pezones, tus pezones,
y por el vientre, tus caderas,
tus muslos, tus pantorrillas y tus pies,
y por entre tus piernas
en el camino hacia tu sexo, en tus labios
ansiosos por sentirme,
en la entrada de tu vagina, en tu ano,
en tu clítoris, tu clítoris
y mil veces tu clítoris
hasta que tiembles de placer, con tus
piernas abiertas y las manos enredadas en mi pelo. 
El tercero... me tengo que pensar donde te doy el tercero.
No quiero desperdiciar el último beso.

domingo, marzo 22, 2020

Confinamiento


Hace unos meses, cuando me separé, alguien me dijo que era bueno pasar un tiempo solo.  Ahora me toca, además, por obligación.

Pasad este tiempo lo mejor posible, y estéis en la situación que estéis, si es en buena compañía, mucho mejor.