domingo, septiembre 06, 2020

Perversiones - I

De mi cuaderno de perversiones...

Me encanta cuando sabe que no solo es mi polla, que mis testículos, mi perineo y mi ano se vuelven locos con la sensación de su lengua moviéndose juguetona.

Confieso que la primera vez que sentí una lengua en la delicada piel de mi ano descubrí dos cosas: las sensaciones que me arrancaba y que podía correrme sin tocarme el glande. Sí, estaba tremendamente excitado, pero no sabía que se podía desencadenar un orgasmo estimulando otras zonas. Aunque la verdad, nunca me ha vuelto a pasar como aquel día, ¿quizás no lo he intentado lo suficiente?


 


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