Me dices. "déjate hacer".
Y me dejo hacer por tus labios y tus manos. Me dejo llevar por las sensaciones.
Gozo con cada roce, cada recorrido de tus dedos y tu lengua en mi piel.
Me abandono cuando alcanzas mi polla, y me derrito cuando me noto dentro de tu boca, cuando me agarras con tu mano y la mueves midiendo la velocidad de su trayecto a lo largo de ella, su presión, mis reacciones, mis jadeos...
Y me muero de placer cuando finalmente me llevas a un delicioso orgasmo, y jugando con mi semen sobre mi vientre y mi verga, te acercas a mi oido y me dices "ahora me dejaré hacer yo".
