Las palabras sobran. Hoy cuentan los hechos.
Cuentan los besos, las caricias, el calor de nuestros cuerpos, la humedad de nuestros sexos, nuestros jadeos, el abrazo sosegado tras le furia de la pasión, el deseo que se aviva de nuevo, el tiempo que nos tenemos, los aromas de nuestros cuerpos, el sabor de tus labios, le mirada de tus ojos, el roce de nuestros dedos...
Hoy cuenta que me esperas y te espero. Que me deseas y te deseo.
Hoy no hay más palabras. Pero sí más deseo.
