martes, marzo 31, 2009

Si me esperas así, como he confesado otras veces, sobran las palabras... porque me lanzaré a acariciarte, lamerte, saborearte y disfrutarte... siempre buscando tu placer y disfrute.

lunes, marzo 30, 2009

Hoy....

Podríamos jugar a acariciarnos, besarnos, tocarnos, lamernos, corrernos...



Podríamos explorar las mil variantes del sexo y del placer.


Hoy podríamos, si estuviésemos juntos.




lunes, marzo 23, 2009

Primera cita

Habíamos follado como salvajes, descargando la tensión acumulada en semanas de correos y conversaciones, casi sin preámbulos, casi con prisa. Nos habíamos corrido como si nos fuera la vida en ello, rápida e intensamente. Pero teníamos tiempo, mucho más tiempo.

Todavía sudoroso me levanté y fui al baño. Abrí el grifo del agua caliente y llené la bañera. Fui a buscarte a la cama. Reposabas desnuda, la mirada pícara fija en mi, la boca dibujando una media sonrisa. “Ven”.

Fuimos juntos al baño. Te metiste en el agua y yo en frente. Había sitio de sobra. Nos quedamos unos segundos en silencio, pero pronto comenzamos a charlar de todo lo que nos habíamos escrito, de lo que nos gustaba, de lo que no.... Bajo el agua mis manos acariciaban tus piernas, tus muslos. Te dejabas hacer. Veía perfectamente tus tetas, tus pezones que asomaban fuera del agua de vez en cuando con tu respiración. Tu veías mi polla bajo el agua, semirígida, animada por tu visión y la conversación.

Entonces comenzaste a juguetear con tus manos en tus pezones. Me mirabas pícara. Sabías que con eso iba a ponerme a mil. Pasaste una mano por tu vientre, bajando hacia tu coño. Abriste un poco más las piernas. Me dijiste “tócate tu también”. Comencé a acariciar mi capullo, sin dejar de mirarte ni un segundo. Verte así, que me vieras, me estaba poniendo a mil.

Seguimos un buen rato, hasta que te diste la vuelta y te pusiste a 4 patas dentro del agua. Tu culo sobresalía, y tu seguías con una mano acariciándote. Me acerqué, y separé tus nalgas. Acerqué mi lengua y comencé a lamer el espacio entre ellas. Tu culo me esperaba cuando me acerqué y lo rodeé, lo lamí, lo penetré, primero con la lengua, luego con un dedo.

El espacio de la bañera se quedaba pequeño y, sin apenas secarnos, fuimos a la cama.

“Túmbate” me dijiste.

Obedecí. Te colocaste entre mis piernas abiertas, y te agachaste a lamer mis testículos. Succionaste uno, otro, mientras tu dedo dibujaba un camino por mi vientre, mi pubis, la base de mi polla. Te agachaste más, me obligaste a abrirme más y temblé de placer al sentir tu lengua jugueteando por la entrada de mi culo. Lamiste y lo humedeciste bien, antes de recorrer lamiéndome toda mi polla hasta alcanzar mi capullo. Lo besaste, lo lamiste, lo tragaste y lo succionaste mientras me retorcía de placer.

Pero no íbamos a terminar así, al menos no ahora. Tu querías más. Te incorporaste y subiste a sentarte en mi cara. Tu culo y tu coño al alcance de mi boca. Comencé a lamer mientras tu acariciabas tus pezones duros. Recorría el espacio de tu clítoris a tu vagina, follaba con mi lengua tus dos agujeros, entraba todo lo que podía... hasta que te sentiste lista. Ensalivaste bien mi polla, y para mi sorpresa, te sentaste sobre ella, acoplándome en tu culo despacio, lento. Comenzaste a moverte así, sobre mi, despacio, delicada y deliciosamente, mientras te acariciabas el clítoris.

Comenzamos a jadear juntos, acompasados. Y, así, gozamos de nuestro segundo orgasmo juntos.

Aun no te habías retirado de mi, cuando me acerqué a tu oído y te susurré: “queda mucho tiempo. Y yo aún quiero disfrutarte más”.


domingo, marzo 22, 2009

Deseo

Deseo tu boca.


Deseo sentirte.


Deseo abandonarme.


Deseo sentir tu lengua, desde la base hasta la punta, desde mis testículos hasta mi glande.


Deseo que me beses.


Deseo que me devores.


Deseo que me adores.


Deseo que sientas mi palpitar.


Deseo que me oigas jadear.


Deseo que me veas gozar.


Deseo que me lleves al límite.


Deseo abandonarme, dejarme llevar.


Deseo gozar, disfrutar.


Deseo correrme y que me saborees.


Deseo esto y mas.

sábado, marzo 14, 2009

Historias

Fuí a un colegio de curas. La verdad es que guardo gratos recuerdos, pero eran unos auténticos obsesos: tenián fijación con la masturbación.

Nos hacían ir a confesarnos, y a partir de los 13 años la pregunta era siempre la misma: "¿te masturbas?". La respuesta correcta hubiese sido "a usted que le importa", pero "confesabas" que sí, y te caían 3 padres nuestros y una charlita sobre Dios que te observaba (¿no tendría otros problemas?), las tentaciones del demonio y lo sucio del acto.

La verdad es que me llegó a obsesionar un poco, y llegué a pensar de verdad que iba a acabar en el fuego eterno. Si masturbándome me iban a devorar las llamas, ¿qué pasaría si me liaba con una chica?. No quería ni imaginarlo.

En definitiva, que al final opté por disfrutar de lo que la naturaleza me había dado y voy acumulando padres nuestros de penitencia que no pienso cumplir.

Lo sigo confesando (ya lo he hecho aquí otras veces): Sí que me masturbo, y me encanta. Y pienso seguir haciéndolo y disfrutándolo. Solo o acompañado. Viendo un vídeo, escribiendo o leyendo un blog. Compartiéndolo por teléfono, messenger o como se tercie. En definitiva, gozándolo, que son dos dias.

martes, marzo 10, 2009

¿Que si me gusta?

¿Que si me gusta?

Me encanta.

No puedo ni quiero evitarlo, ni privarme. Me gusta hacerlo. Es delicioso. Y me encanta que disfrutes cuando lo hago.

domingo, marzo 08, 2009

Querías

Querías que fuera así.

Que llegara por detrás y, sujetándote la cintura, te besase el cuello y te susurrara que te deseo.

Que nuestros labios se encontraran mientras mis manos recorrían tus costados, subían al encuentro de tus pechos libres bajo la camisola.

Querías que te desnudara, que me desnudara, y siguiésemos así, de pie, piel con piel, mi polla creciendo entre tus nalgas, una mano en tus pezones, otra entre tus muslos.

Que una vez excitada te llevase a la cama, te tumbaras boca abajo, y fuera con mis labios y mi lengua con lo que recorriese tu espalda, recorriese impúdicamente el surco entre tus nalgas, y así, colocado entre tus piernas, alcanzase a lamer tu exquisito y húmedo clítoris.

Querías que recorriese cada pliegue, que te succionara, que te acariciara, que mi lengua se abriese paso lentamente en tu vagina y jugase en tu ano.

Que me deleitara explorándote y saboreándote. Sabes que me vuelve loco tenerte así.

Que cuando yo no pudiera más de deseo, acercara mi polla y entrara lentamente primero, luego más rápido, y que entre los dos encontrésemos el ritmo de nuestros deseos.
¿Querías eso?

Sabes que tendrás lo que quieras de mi.


domingo, marzo 01, 2009

Disfruto


Hay mucho placer en recibir, y muchísimo en dar.

Disfruto viéndote preparada, tus piernas abiertas, tu sexo húmedo, excitado, esperando.

Disfruto cuando me acerco, y mientras beso tus muslos, me comienza a embriagar tu olor, el aroma del sexo.

Disfruto cuando mi lengua se acerca a los labios enrojecidos, hinchados, sensibles, y comienza a saborearte. Disfruto con el calor de tu coño, con la suavidad de tu clítoris, con el abrazo de tu vagina a mi lengua.

Disfruto con cada jadeo, gemido, grito que escapa de tu garganta.

De veras que disfruto. Cuando me das, y cuando te doy.

Y hoy tengo ganas de dar y de recibir.