A veces imágenes directas me parecen terriblemente eróticas y excitantes.
Así, sin tapujos, centradas en lo más explícito del sexo, del acto. En el momento íntimo, el contacto, la unión.
Se pueden describir preámbulos, caricias, besos, pero hay un punto álgido: ese en el que nuestros sexos se encuentran.
A veces imágenes así, sin cuerpo ni cara, solo sexos, me excitan. Puedo imaginarme a mi. Puedo imaginarte a ti. Puedo imaginar mil preámbulos. Pero este momento para el que nos preparamos cada vez que nos desprendemos de la primera prenda de ropa, es sublime y delicioso.
A veces, una imagen así, hace que despierte mi capullo de su letargo y desee sentir ese calor, esa humedad, ese abrazo exquisito cuando poco a poco gana los primeros centímetros de terreno, mientras exhalas tus primeros gemidos.
Unas imágenes, dejar volar mi mente, y mi excitación puede no tener más que una manera de aplacarse..