Recuerdo el agua recorriendo su cuerpo, su pelo largo sobre sus hombros, sus pechos mojados, sus pezones erectos.
Recuerdo aquella ducha en la que nos escondíamos las tardes de verano.
Recuerdo su coño húmedo en mi boca, yo agachado, ella contra la pared gimiendo.
Recuerdo su mano en mi polla, su lengua en mi boca, sus nalgas en mis manos.
Recuerdo orgasmos mojados, semen en nuestros cuerpos, sabor a ella en mi boca.
Había una ducha preferida, muchas tardes de verano, en la que aprendimos a explorarnos, acariciarnos, gozarnos y disfrutarnos.
