Esta es una colaboración de una amiga lectora. La historia sigue, y a mi me parece un comienzo excitante. La he copiado exactamente como me la envió, y espero que se anime a escribir el resto.
Besox
Mi chico, mi amor, esa persona tan especial en todos los sentidos, mi confidente, mi amigo, mi cómplice... y sobre todo un amante excelente con el que poder realizar cualquier tipo de fantasía, una mezcla del más dulce de los amores y a la vez, lujuria, desenfreno y pasión.
Hace pocos días nos fuimos de viaje a otra ciudad, surgió el tema así, sin venir a cuento, es más, fui yo quien lo sacó, como el que no quiere la cosa, mezcla de curiosidad, morbo y el no haber estado yo nunca en un sitio así, mi idea era un "club liberal", él se quedó con cara de sorprendido, pues no esperaba que yo le dijera eso, mi idea simplemente era curiosear un rato a ver "qué era" aquello, por internet nos pusimos a mirar clubes, encontramos un par de ellos, no muy lejos de donde estábamos, el solo hecho de estar en el ciber buscando aquello, hizo que me encendiera, la verdad que pasé una noche de lo más caliente pensando en el día siguiente.
Previamente, para evitar confusiones, habíamos pactado que simplemente íbamos a mirar y a que nos miraran, pero los dos juntos, la idea de pensar en ver y que te vean, es de lo más excitante.
Por la mañana estuvimos de paseo por la ciudad, vimos un sex-shop y entramos para ir caldeando el ambiente... hicimos un par de adquisiciones, una de ellas un maravilloso huevo vibrador a control remoto, el mando se lo quedó él, con lo cual tiene el control del asunto, y la otra, un conjuntito de lencéría, todo de rejilla, medias, tanga, top, que me queda muy sexy y sugerente.
A la hora de comer decidimos probar el huevo, me fui al baño y mi chico se quedó con el mando, durante la comida lo iba poniendo y parando, cada vez me calentaba más y más, notaba los colores como subían por mi cara, entre crucé mis piernas y contraje la vagina para presionar con más fuerza el huevo y empecé a correrme, tuve que callar, ni un sólo gemido salió de mi boca para no armar encándalo en medio del restaurante, fue bestial, tener que permanecer en silencio cuando lo que de verdad deseas es ponerte a gemir como una loca, y gritar a los cuatro vientos la corrida que estás teniendo, cómo fluyen los jugos desde mi coño y este se contrae una y otra vez, haciéndote derretir de placer, y más ver cómo estaba él enfrente de mi, ensimismado mirando como disfrutaba y con una sonrisa de oreja a oreja.

Si la comida fue caliente, la tarde no lo fue menos, paseando por la calle, me corrí un par de veces mientras me abrazaba muy fuerte a él, hubo una tercera en el banco de un parque, me acurruqué contra él para sentir su calor y su mano que se deslizó por debajo de mi falda, hasta encontrar con mucha habilidad mi clítoris y hacerme de nuevo caer, más tarde hubo otra, en el coche, yo iba a tope de nuevo, sonriendo, y él paró a un lado de la vía, de nuevo comenzó a masturbarme con sus dedos certeros hasta que otra vez volví a tener otro orgasmo, en este si que me pude explayar más a gusto que en los otros.

Mi chico siguió conduciendo, se detuvo más adelante, en un sitio poco transitado, ahora era su turno, bastante había tenido con verme disfrutar toda la tarde y él quedarse a dos velas contemplando el espectáculo.Se desabrochó el pantalón y debajo apareció su ajustado boxer, a punto de estallar, a través de este se veía a la perfección la silueta de su hermosa polla, la agarré con fuerza y comprobé su dureza, estaba caliente, dura, casi podía percibir como latía en mi mano, tiré un poco del boxer hacia abajo, "plas" saltó su polla como un resorte, quedándose tiesa, altiva, dura, desafiando a la ley de la gravedad, me agaché y empecé a repasar con mi lengua su capullo lentamente, primero todo el contorno insistiendo sobre todo en el frenillo, después con pasión succioné su capullo, humedeciendo todo su glande, preparándole para lo que vendría después, comencé a chupársela, primero suavemente, subiendo y bajando, una y otra vez mientras con mi mano derecha acariciaba sus testículos, poco a poco fui acelerando el ritmo y ganando más profundidad, me detuve unos instantes mientras su capullo tocaba mi campanilla, haciendo que mi chico gimiese de placer, de nuevo volví a ponerme en movimiento, aceleré el ritmo a la vez que le masturbaba, me pidió que simplemente le masturbara y así lo hice, aumenté el ritmo a tope, cogiéndole con fuerza su polla hinchada, amoratada, dura como una piedra, con las venas marcadas, su respiración se aceleraba, se desbocaba, empezó a gemir y de repente eyaculó, su polla se contaría en mi mano en repetidas ocasiones, me encanta ver la cara de mi chico cuando tiene un orgasmo, se concentra al máximo y luego se relaja, me encanta ver su cara, y me encantó ver como salía toda su leche disparada uuufffff.
Después de eso, marchamos al hotel, nos dimos una duchita